Fox Searchlight Pictures, 2019 |
La magia de algunos biopics consiste en presentar una historia de vida tan impactante que el espectador termine dudando de la veracidad de los hechos contados. En la mayoría de estos proyectos, el equipo suele tomarse ciertas licencias artísticas para trasladar la biografías al formato del cine, haciendo que resulte atractivo para el espectador. Si bien, en el proceso, se llega a romantizar o idealizar la vida de los artistas o las figuras históricas, pero es un punto que con frecuencia juega en beneficio del filme.
Tolkien, uno de los biopics más esperados, hace su debut con resultados deprimentes. Con un pronóstico poco favorable después de que la Tolkien Estate diera su desaprobación y parte de los fans del autor se mostraran indiferentes, los productores tenían un enorme reto en sus manos, que solo superarían ofreciendo una película a la altura de A Beautifull Mind, con el fin de dirigirse a un público más genérico. Pero prefirieron no arriesgarse y se limitaron a una película que palidece tanto en contar la historia del autor como en ser una obra artística memorable. Y a eso se le sumó la pésima distribución, llegando a no proyectarse en muchos sitios, por lo que muchos tuvimos que conformarnos con verla por otros medios.
La estructura del guion funciona bastante bien, los saltos temporales no resultan confusos, y aunque la historia sigue dos líneas temporales, la narración es estable; ambas líneas se bifurcan para encontrarse en el último tramo de la película y seguir un orden lineal. Los diálogos no son insulsos ni afectados, y la química entre los actores favorece mucho el desarrollo de la trama, siendo este aspecto un fuerte en la película. Pero ese cuidado hace que el filme se quede a medias y ninguna escena destaque por encima de las demás.
Fox Searchlight Pictures, 2019 |
La vida de Tolkien sucede desde su adolescencia hasta su madurez, sin que se perciba un tratamiento profundo de ciertos conflictos personales. A primera vista tenemos a un Tolkien adolescente con una imaginación desbordante que por momentos nos recuerda a Jess Aroons de Bridge to Terabithia. Luego pasamos a un Tolkien joven, enamoradizo y algo ingenuo, para terminar en alguien que parece no tener claro lo que quiere, hasta ese toque de inspiración del que brota la primera línea del Hobbit.
Es una película que pasa muy por encima de la biografía del autor, y tampoco se toma la libertad de ser más emotiva. En consecuencia, momentos que deberían sentirse conmovedores, como la muerte de la madre, o la despedida con Edith, carecen hasta cierto punto de alma. Si bien, tampoco es imperativo que estas películas despierten el llanto, pero para conectar con los personajes es necesaria cierta carga emotiva, que no resulte edulcorante, pero tampoco sea insípida.
En algunos casos las elipsis son abruptas, a conveniencia del guion. Como consecuencia el ritmo de la película se siente apresurado al narrar la vida de Tolkien, quedando algunos aspectos a la deriva, ¿Cuál fue el papel de Tolkien en la guerra? ¿Cómo superó aquella experiencia después? Al final de la jornada, la película resulta la introducción de una historia que no se termina de contar, y todo por mostrarnos la faceta más humana y personal de Tolkien, en sus relaciones interpersonales y conflictos motivacionales. En efecto, desde esa perspectiva su vida no se ve extraordinaria, más bien parece la historia de cualquier estudiante de la época.
Fox Searchlight Pictures, 2019 |
Si queda algo por elogiar de esta película definitivamente es la fotografía. Los planos son tomas maravillosas de paisajes naturales y escenarios que ambientan perfectamente la época de principios del siglo XX. También son recurrentes planos contrapicados de árboles en los que se evocan la belleza y serenidad de la Tierra Media.
Fox Searchlight Pictures, 2019 |
Ese guiño a los Mallorns, con el árbol de corteza blanca y hojas doradas es un detalle digno de apreciar, al igual que los otros tantos guiños al universo imaginario de Tolkien en las escenas de la guerra bajo el pretexto del delirio experimentado por el personaje a causa de la fiebre de las trincheras. Son detalles que todo fan del universo del profesor sabrá valorar.
Fox Searchlight Pictures, 2019 |
Sin dudas, la química entre los personajes es el mayor logro, en especial entre los miembros del TCBS (Tea Club and Barrovian society), que por momentos emulan a la Sociedad de los Poetas Muertos. Cabe destacar también la interpretación de Lily Collins, como Edith Bratt, cuya belleza y personalidad son hechizantes.
Fox Searchlight Pictures, 2019 |
En fin, Tolkien es una producción modesta, hermosa, pero olvidable. Como biopic se queda corto al limitarse solo a un tramo de la vida de Tolkien, y como obra de arte termina en un punto medio entre el cine independiente y el comercial. Esto no implica que sea mala, en general la película hasta cierto punto es disfrutable, pero no resulta memorable. Siendo Tolkien una de las figuras más influyentes de los últimos tiempos, merecía una película a la altura de su trascendencia. Pero aquí, la vida del personaje no es inspiradora ni realmente conmovedora. Así como la banda sonora, que por momentos es imperceptible, uno termina olvidando el filme horas después de haberlo visto. Es igual de tímida que su protagonista y no se arriesga en ofrecer más drama o tensión. Al final, solo los fans menos puristas sabrán guardarle su espacio.
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