Hoy en día es común escuchar a algunas personas quejarse porque ciertas manifestaciones artísticas como la música y el cine aparentemente están corrompiendo a la sociedad actual. Si bien es cierto que mediante estas formas artísticas se transmiten conductas y valores poco apropiados, pero habría que preguntarse: ¿El arte debe tener un fin educativo o moral? Cuestiones similares han habido desde mucho antes de que se hablase sobre estética como disciplina filosófica, y todavía no parece haber un consenso en las respuestas. Si partimos del concepto del arte, tan magullado desde la revolución de las vanguardias en el siglo XX, veremos que uno de los rasgos coincidentes en la mayoría de las acepciones es la finalidad estética; el arte persigue transmitir un valor estético que no necesariamente debe ser la belleza. Apela a la sensibilidad del ser humano, entendida desde un sentido amplio, que abarca la imaginación y los sentimientos. Uno de los autores más precisos en señalar la natu
Nuestro blanco es la cultura