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La insoportable levedad del ser: una meditación interrogativa sobre la existencia



Combinar una historia novelesca con la reflexión intelectual puede resultar una tarea difícil en la producción literaria, se corre el riesgo de que el resultado no sea armonioso y una de las dos partes solo sea una justificación o acompañamiento de la otra. Pero existen escritores que han logrado manejar ese balance entre lo novelesco y lo reflexivo de una forma muy efectiva. En este grupo se encuentra el escritor checo Milan Kundera, cuya obra La insoportable levedad del ser constituye el mejor ejemplo de esta característica. Publicada en 1984, la novela narra el cuadro amoroso entre una pareja y dos amantes, mostrándonos a través de sus acciones y las situaciones en las que se desenvuelven una lúcida reflexión sobre la existencia, todo ello bajo el contexto de la tumultuosa época de los años que precedieron y sucedieron a la invasión rusa de la Checoslovaquia comunista en 1968. El planteamiento principal que encierra toda la historia se resume en que la vida se ha hecho leve e insostenible ante el peso de circunstancias externas. Pero alrededor de este se encuentran otros temas trascendentales, con frecuencia mostrados en forma de una dualidad permanente. 

La cercana pubertad o las Pléyades (1921) Max Ernst,
pintura tomada para la portada de la novela


A simple vista la novela parece ser una historia de amor y celos. Tomás, el protagonista, caracterizado como el típico don Juan libertino, termina conociendo a Teresa, una joven inexperta, tras una serie de extrañas casualidades, entre ellos nace una relación amorosa que luego se torna tóxica. Tomás que no es capaz de abandonar su vida promiscua aun por amor a Teresa, provoca en la mujer un sufrimiento constante, pues ella no es capaz de manifestar su descontento enfrentándose a él directamente, sino mediante escenas, provocadas a veces  por continuas pesadillas que la atormentan y hacen que Tomás se sienta culpable. Pero a pesar de ello, ninguno es capaz de dejar al otro, pues existe una mutua dependencia emocional: Teresa, que ha tenido muy poco mundo, se dejó deslumbrar por la imagen intelectual de Tomás, que contrastaba con la de los hombres de su reducido pueblo, y se aferra a la idea de que es el amor de su vida, lo cual le impide abandonarlo, por su parte el protagonista ve en ella la imagen indefensa de una mujer que le genera compasión y de la que no puede desembarazarse. Y en medio de esta relación, se encuentra Sabina, una artista plástica, amante y confidente de Tomás, que luego cuenta su propia historia amorosa con el profesor Franz. 

Estas dos historias no suceden de forma lineal, sino independientemente y alternadas; aunque enlazadas por una misma unidad temática, mediante la técnica de la polifonía, que consiste en presentar líneas argumentales o temas independientes de forma simultánea en una misma obra, logrando un conjunto indivisible. Esta unidad se debe a la dualidad de la levedad y el peso, que viene estando representada por las parejas, aunque no de forma fija, puesto que los personajes pueden manifestar ambas cualidades, dependiendo del enfoque del autor. Por un lado Tomás se ve como el peso que ata a Teresa, pero a la vez es la levedad representada por la vida libertina, sin ataduras de ningún tipo. Asimismo, físicamente Franz representa el peso, la fuerza, pero psicológicamente es la parte leve de la relación entre él y Sabina, al constituir un hombre débil de carácter. 
Daniel Day-Lewis como Tomás y Julliette Binoche como Teresa en la adaptación cinematográfica de la novela

Pero estas no son las únicas palabras que caracterizan a los personajes, de hecho cada uno viene definido por una serie de términos que el autor denomina categorías existenciales. Y es que para comprender mejor su obra, hay que conocer su visión particular del arte de la novela. Kundera concibe la novela como un examen de la existencia a través de los personajes, con el fin de descubrir una posibilidad existencial hasta entonces desconocida. En este sentido, dicha posibilidad se manifiesta a través de las categorías existenciales, que el autor va examinando con el fin de descifrar el código existencial, o mejor dicho la problemática existencial que envuelve al personaje. En La insoportable levedad del ser, este proceso es más que evidente. En Tomás la problemática viene siendo abordada por las categorías de la levedad, el peso, la compasión; en Teresa por la dualidad del cuerpo y el alma, la debilidad, el vértigo, el idilio y el paraíso; y en Franz y Sabina por la fidelidad, la traición, la música, la oscuridad, la fuerza, la belleza, entre otros. Cada una de estas categorías son estudiadas por el autor mediante las situaciones y las acciones de los personajes a través de las cuales se manifiestan. 


En relación con lo expuesto, cada aspecto formal de la obra está estrechamente vinculado al contenido que el autor pretende examinar. Desde el inicio, Kundera asume la postura de analista, mediante la  perspectiva de un narrador omnisciente. No hay monólogo interior por medio del cual los personajes revelen sus propias preocupaciones y reflexiones, es el autor quien habla por ellos, revelando aspectos que ni siquiera ellos mismos conocen. Y en su narración, se limita en contar solo aquello que considera necesario o que es esencial para comprender la problemática existencial de los personajes. Por eso algunos no poseen un pasado definido, simplemente datos minúsculos, o una caracterización física clara. Y esta economía en la narración, el autor la logra mediante el empleo de la elipsis y el resumen, que le permiten pasar de un momento a otro de la historia con tan solo cambiar de párrafo o capítulo, contando solo lo esencial; así como también mediante la analepsis o la prolepsis, cambiando el tiempo sin que esto afecte en la percepción de la trama. 

Toda la novela es un ejercicio de meditación, incluso sobre aspectos de la composición misma de la novela. Por eso de vez en cuando el autor recurre a la metaficción para exponer sus planteamientos o, por otro lado, a lo que él conoce como digresión, lo cual consiste en explicar algo fuera de la historia novelesca. Así encontramos ensayos breves, como el relativo al eterno retorno, que da inicio a la obra, o el referente al concepto del kitsch, todo ello perfectamente articulado mediante la técnica de la polifonía. En este sentido resulta interesante observar dentro de la obra, planteamientos como: “Los personajes no nacen como los seres humanos, del cuerpo de su madre, sino de una situación, una frase, una metáfora, en la que está depositada una posibilidad humana fundamental que el autor cree que nadie ha descubierto o sobre la que nadie ha dicho nada esencial” (La Insoportable levedad del ser, quinta parte, cap.15). 

Al respecto cabe destacar, que estas palabras o categorías existenciales no son conceptualizadas de forma convencional, sino que son redefinidas por el propio autor, mediante metáforas, analogías o aforismos con los que pretende captar de forma única el sentido del término, en relación con la acción o la situación del personaje. Es en estas expresiones donde se revela el verdadero genio artístico del Kundera. 

Otro recurso destacable es el sueño como vehículo narrativo. Este se manifiesta a través de las pesadillas y ensoñaciones de Teresa, incluso en ciertos pasajes donde la frontera entre la realidad y el sueño no está claramente definida en la mente del personaje, y en efecto el lector tampoco la percibe, produciendo una sensación similar a la evocada por el realismo mágico. 

Ante todo esto queda una cuestión pendiente: ¿Qué quiere decir la insoportable levedad del ser?. La explicación más simple parece ser la referida al inicio de este texto: la insostenibilidad de la existencia ante el peso de las circunstancias externas que han hecho la vida cada vez más leve. Pero no es la única explicación, de hecho no parece existir una sola explicación. Y discernirla se hace una tarea más complicada, debido a la imprecisión de la traducción, ya que como algunos han señalado antes, el término más adecuado no sería “levedad”, sino “ligereza”, que refiere mejor la idea frente a la categoría del peso. Sin embargo, en algunos personajes queda claro, como el caso de Tomás, donde la respuesta estaría en su propia problemática existencial, es decir, la levedad del ser en un mundo en el que no existe un eterno retorno. El hombre al vivir una sola vida, irrepetible, descubre que esta es leve, insignificante y en efecto insoportable, porque no hay un peso que la sostenga. Asimismo, en el caso de Sabina, la respuesta aparece ante la idea de no soportar el peso de los acontecimientos, de vivir sin carga alguna, allí radicaría entonces la insoportable levedad del ser. Pero en conclusión, el autor no muestra una idea única y cerrada, sino abierta a múltiples interpretaciones. Sin embargo, cada interpretación se orientaría a la idea existencialista del vacío, de sentirnos abandonados, de la falta de sentido en nuestras vidas. 

Y esta ambigüedad no es fortuita, sino que responde a la naturaleza propia de la novela, tal como la concibe el autor. Según él la novela es hipotética, sus temas son interrogaciones, así como la meditación es interrogativa. No pertenece al plano de la afirmación, todo en ella es una pregunta abierta, a través de la cual se examina la existencia. Y así se percibe en La insoportable levedad del ser. 

Algunos suelen categorizar la novela como filosófica, aunque el propio autor difiere de la idea, puesto que para él la novela y la filosofía operan en planos diferentes. Y como él mismo menciona en su texto el arte de la novela, no se puede sacar una filosofía coherente de lo escrito por un novelista, debido al carácter ambiguo e hipotético del género. Y precisamente esto es lo que ocurre con La insoportable levedad del ser. No es una novela de tesis, ni pretende serlo. Ahora bien, ante el debilitamiento de la filosofía en los últimos tiempos, la novela ha de asumir la tarea de aprehender al yo, de comprender la existencia humana. 

En definitiva, La insoportable levedad del ser es una obra compleja y de gran valor estético que refiere más de lo que muestra a simple vista. Constituye una composición que combina de forma auténtica una historia novelesca con la filosofía, la historia, el sueño y la metaficción. Expresa el proyecto literario personal de su autor, consistente en una novela que examina la existencia mediante  las posibilidades humanas, vistas a través de las categorías existenciales o las palabras claves que definen a los personajes. Es posible que esto dé la impresión de que toda la historia es una justificación para la exposición de una teoría, una pretensión del autor, o incluso la exposición de las posibilidades propias de él que no se realizaron, como él menciona en un pasaje. Pero a fin de cuentas logra su cometido, que es invitar a la reflexión sobre la existencia a partir de la vida de los personajes, existencia en el sentido de “ser-en-el-mundo”, pues el ser humano no escapa a ese entorno que se ha convertido en una trampa. Y como resultado se extraen reflexiones reveladoras que permiten comprendernos a nosotros mismos y a este mundo caótico. 

Y aunque el mensaje final parezca simple tras revelar al amor como el único peso que nos ayuda a soportar la levedad de la vida, en todo ello se encierra una gran sabiduría, que tendrá una versión diferente de acuerdo con la interpretación de cada lector. Si bien, pueda que el ideal existencial esté en una forma de vida simple y anarquista, “lejos del mundanal ruido”, como la de Tomás y Teresa al final del libro, pero la pregunta principal siempre quedará abierta:
 ¿ Cuáles son aún las posibilidades del hombre en un mundo en el que los condicionamientos exteriores se han vuelto tan demoledores que los móviles interiores ya no pesan nada?-Milan Kundera

Estamos solos, suspendidos en el vacío, solo nos queda sobrevivir ante la insoportable levedad del ser.

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