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Reivindicando a Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian. Primera parte



Algunas películas parecen estar condenadas a morir con sus segundas entregas, dando crédito a ese prejuicio de que las segundas partes suelen ser malas. Las Crónicas de Narnia, una épica aventura que prometía alcanzar un lugar prominente junto con producciones de la talla del Señor de los Anillos, terminó siendo víctima de esta circunstancia. Tras el éxito del León, la Bruja y el Ropero en el 2005, Andrew Adamson y su equipo se embarcaron en la adaptación del siguiente libro de C. S. Lewis, buscando repetir el mismo resultado. Tres años tuvieron que esperar los fanáticos de la primera entrega para ver el trabajo terminado, el cual no logró llenar las expectativas de muchos, incluyendo la casa productora. Las Crónicas de Narnia: el Príncipe Caspian, a pesar de ser un éxito de taquilla, no supuso el hit que la saga necesitaba para continuar, en consecuencia Disney abandona el proyecto y este se termina estancando por casi una década, muriendo así una saga cinematográfica con gran potencial. Con un presupuesto mayor, un tono más oscuro que la primera, nuevos personajes y villanos, y un elenco diverso, el Príncipe Caspian no fue el éxito que se esperaba. La cinta recibió críticas mixtas y la desaprobación de gran parte de los seguidores de la saga, que vieron morir en ella la magia y la inocencia que caracterizaban a Narnia. Pero había que preguntarse ¿Es tan mala como para tener esta recepción? Definitivamente no, aunque sí hubo ciertos desaciertos. En el siguiente artículo veremos algunos de los aspectos que contribuyeron con su desvalorización, así como aquellos por los cuales la película debería ser reivindicada como una de las mejores de la saga.

Adaptación

La película es una adaptación del segundo libro de la saga en orden de publicación y el cuarto en cronología. Narra el regreso de los Pevensie a Narnia, después de haber pasado un año devuelta en su mundo, lo que en Narnia significó miles de años. Pero el protagonista aquí es el Príncipe Caspian, que se ve envuelto en un conflicto familiar, similar a Hamlet o el Rey León, donde un heredero tendrá que recuperar el trono usurpado por su malvado tío. Como trasfondo a esta historia hay un discurso sobre la pérdida de la fe y la corrupción humana que comentaremos en otro artículo. En comparación con la historia del libro anterior, esta se muestra mucho más madura, pero a nivel de conflicto, se siente como un evento secundario, poco trascendental, pues las intrigas palaciegas y las luchas por tronos no constituye la temática a la que Narnia nos tenía acostumbrados, sino el conflicto maniqueísta de proporciones épicas. 

En cuanto a adaptación se refiere, la película no es del todo fiel al material original. Más que adaptación, podría decirse que es una reinvención de la historia, como se hizo con Alicia en el país de las maravillas o Blancanieves y el Cazador, pero respetando aquí la esencia del argumento original. Se toma varias licencias, bastante notorias, pero que terminan aportando al guion. En el libro, la trama sigue dos líneas temporales distintas que en la película optaron por desarrollar de forma simultánea, conectándolas al final del primer cuarto del largometraje. Como resultado los Pevensie tienen más interacción con el príncipe Caspian, diferente al libro, donde terminan conociéndose casi al final. Este cambio juega a favor del guion, aportando dinamismo a la trama. La película cumple con adaptar el material a su formato destino, ya que de otro modo sería bastante difícil de manejar, puesto que el libro tiene una estructura más episódica, en comparación con la cerrada estructura de los tres actos, característica del cine. Pero existen algunos aspectos que no funcionan del todo bien, como veremos adelante.

Guion

La trama principal consiste en la lucha por el trono y el saneamiento de Narnia. Hay muchos puntos interesantes, pero entre ellos se destaca el conflicto entre Caspian y su tío, el cual está muy bien manejado, inclusive plantea ciertas mejoras en relación con el material original. La escena de la primera confrontación entre ellos es bastante memorable. Caspian acaba de enterarse de que Miraz estaba involucrado en el fallecimiento de su padre, y buscaba confirmar lo que ya su corazón le decía, comportándose de forma impulsiva y poniendo en riesgo todo el plan del asalto al castillo. Vemos como la cámara los va cerrando en un primer plano a ambos a medida que sube la tensión, manteniéndolos en igualdad de condiciones, como recordatorio de que Caspian aún no se ha despojado de las raíces de su pueblo. “Nuestra raza solo obtiene lo que toma de otros”, le dice Miraz, reforzando esta idea. 
Walt Disney and Walden Media, 2008

Walt Disney and Walden Media, 2008

Walt Disney and Walden Media, 2008

Resulta interesante comparar esta escena con el último enfrentamiento entre ambos personajes: en este, por primera vez vemos a Miraz disminuido, enfocado desde un plano picado, reforzando la idea de que está vencido, en contra parte vemos a Caspian desde un plano contrapicado, en una posición claramente superior que la de su tío. Este reconoce su valor como futuro rey, pero Caspian al final le perdona la vida como forma de lección, dejándole claro que no sería igual a él; un rey implacable contra sus enemigos, sino un rey justo y benevolente. De esta forma se cierra el conflicto. 
Walt Disney and Walden Media, 2008

Walt Disney and Walden Media, 2008

No obstante, la película omite algunos detalles del pasado de estos personajes que pudieron haber enriquecido aún más el conflicto. Pero igual, el resultado es favorable. 

Otro punto a destacar es la rivalidad entre Caspian y Peter, que se manifiesta en una lucha por el liderazgo, y en la que solo se evidencia la inmadurez de ambos para ejercer el mismo. Esto resulta bastante coherente, considerando las edades en la que se encuentran ambos personajes. Como adolescentes, son más volubles e inmaduros, y no terminan de ponderar las enormes consecuencias que pueden acarrear sus decisiones. Este aspecto los hace más humanos y en efecto evoca mayor empatía en el espectador, en comparación con el libro, donde al menos Peter, gracias a la magia de Narnia, termina comportándose como el Gran Rey que fue, y no como el adolescente que realmente es. 
Walt Disney and Walden Media, 2008


Ahora bien, el guion falla en abordar al resto de los villanos: General Glozelle y Lord Sopespian, cuyas motivaciones no resultan del todo evidentes en el desarrollo de la película. Los pocos momentos que tienen en pantalla, en la primera mitad del largometraje, se reducen a diálogos sutiles en los que Miraz suele tener mayor peso y en los cuales se revela muy poco las intenciones de estos dos.
Walt Disney and Walden Media, 2008
 
En efecto el giro al final del duelo, donde matan a Miraz y asumen el control del ejército resulta un tanto sorpresivo, porque no había antecedentes claros para el mismo, a diferencia del libro donde en dos conversaciones quedaron bastante claras cuales fueron las motivaciones de ambos para derrocar a su rey. Si bien, hay un detalle que vale destacar: la flecha de Susan, que funciona como un “arma de Chéjov” al ser la misma que está clavada en el libro cuando Miraz le sugiere a Sopespian que estudie historia, y la que este termina usando para matarlo. Claro, en ningún momento se ve a este tomarla, pero es lo que el ávido espectador infiere. El problema está en que la primera escena, el punto de interés es el libro y no precisamente la flecha.
Walt Disney and Walden Media, 2008
 En fin, son aspectos de una subtrama que es descuidada con el objeto de darle un mayor peso a las demás, y en la que aparentemente los guionistas se olvidan que su público mayormente es infantil y no entenderían este tipo de sutilezas. 

Por otra parte, algunos aspectos de la trama se resuelven en un cerrar de ojos, como por ejemplo cuando los narnianos aceptan a Caspian como su líder, cuando previamente la mayoría lo rechazaba. El discurso del príncipe no resulta persuasivo y la escena se resuelve inmediatamente  para que la trama siga avanzando.  

Otro aspecto mal abordado es el romance entre Susan y Caspian, una relación forzada que evidencia su fallo precisamente en las líneas que Caspian le dirige a la reina al final: “no fue suficiente el tiempo juntos”. El peso de la trama principal termina ahogando este romance que tiene muy poco tiempo en pantalla. 
Walt Disney and Walden Media, 2008



En cuanto a la batalla, algunos elementos solo están para generar más espectáculo. Las catapultas en el contexto del conflicto no parecen ser necesarias, pues no existe una fortaleza que derribar, y convenientemente se convierten en un verdadero peligro cuando los narnianos se retiran al momento de la batalla. Igualmente del lado de los Narnianos, la presencia de los grifos no aporta nada, solo están allí para lograr una toma espectacular, tratando de emular la escena de la película anterior.
 
Por su parte,  el ritmo se siente bastante lento durante toda la película, a pesar de que la trama se agiliza con la convergencia de las dos líneas argumentales, lo que en efecto hace que los primeros enfrentamientos (Caspian y Reepicheep vs. los telmarinos, Caspian vs. Peter) resulten forzados, pues aparecen como recurso para generar tensión y no aburrir al espectador, en medio del planteamiento que se desarrolla en las primeras escenas. 

Fotografía

Si en algo se destaca realmente el Príncipe Caspian es en la fotografía, que va muy de la mano con la historia, al mostrar esa atmósfera fría y oscura en comparación con la primera película. En el primer tramo del largometraje predominan los colores fríos en contraste con los cálidos, a diferencia del León, la Bruja y el Ropero, donde los colores eran más saturados. Esto refleja la disminución de la magia en Narnia, lo que aparece reforzado en esa bella secuencia en la que los Pevensie van en bote junto a Trumpkin, y Lucy se percata que los árboles ya no danzan como antes. Toda esa secuencia y la siguiente sirven para plantear que el cambio en Narnia ha sido bastante drástico. 
Walt Disney and Walden Media, 2008


Solo cuando Aslan aparece por vez primera, vemos que la película recupera la tonalidad cálida característica, y esa tonalidad vuelve a mostrarse con el regreso del león al final, como muestra también del regreso de la magia en Narnia. Si bien, los colores se mantienen algo pálidos en comparación con la primera película, porque a pesar de todo, Narnia no es ni seguirá siendo la misma. 
Walt Disney and Walden Media, 2008


En la película predominan los planos largos y generales, algunos enfocados en forma cenital, que recuerdan mucho al Señor de los Anillos, especialmente las Dos Torres. Las locaciones son hermosas y evocan una Narnia más realista en comparación con la primera película. Los efectos especiales son igual de impresionantes, cada fotograma evidencia la atención al detalle que se dispuso en las escenas. 
Walt Disney and Walden Media, 2008

Un detalle interesante a destacar son los sutiles movimientos de cámara al principio de ciertas escenas o en la transición de una a otra, donde mayormente no se enfoca directamente a los personajes, sino que se parte de un punto en la escena o un plano detalle, o en ocasiones de un plano subjetivo. Todo esto enriquece de forma considerable la narrativa visual que predomina en la película. 
Walt Disney and Walden Media, 2008

Walt Disney and Walden Media, 2008


Ese pequeño plano secuencia al momento en que el General Glozelle y los demás atraviesan el hueco en el árbol, es de una belleza incomparable. Asimismo los planos donde se enfoca la imagen de Aslan en la mesa de piedra, poseen una carga simbólica considerable. Y como este, podría citar muchos otros donde se evidencia la hermosa fotografía de esta película. 
Walt Disney and Walden Media, 2008

Culminamos aquí esta revisión sobre  algunos de los aciertos y desaciertos de la película. Como vimos el guion muestra algunas lagunas argumentales, pero desarrolla muy bien los puntos principales. La fotografía, que sin dudas es el fuerte de la película, es una muestra de una gran dirección artística y montaje. Sin dudas, el filme ha sido muy sobrevalorado.  Si bien, varios aspectos jugaron en su contra, como el largo tiempo de espera entre una y otra cinta, y aunque el cambio de tono resultó interesante, fue muy precipitado; el público no había madurado lo suficiente para asimilarlo, como  sí había ocurrido con Harry Potter, donde los espectadores han crecido junto al elenco.

 Para la próxima, abordaremos algunos aspectos relacionados con la historia y el mensaje que encierra.


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