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El Lazarillo de Tormes: La novela picaresca en su contexto



La literatura evoluciona por medio de las innovaciones  que se van presentando al pasar el tiempo. Eventualmente una época determinada con su situación socio-política influye para que ocurran estos cambios y las obras que resultan no solo pasan a expresar el sentir del autor, sino también el espejo en el que se refleja la sociedad misma. Un ejemplo de lo dicho anteriormente lo es El Lazarillo de Tormes, obra de gran significación dentro de la literatura española, en la que se observa la situación social de su tiempo. Su aparición es quizás uno de los mayores cambios que ocurrieron dentro de la literatura durante el Siglo de Oro, época de gran florecimiento artístico  en España. Con ella se inicia la novela picaresca,  género que se convirtió luego en uno de los más representativos de las letras hispánicas por su realismo y lenguaje.
El Lazarillo de Tormes fue escrito en el siglo XVI durante los últimos años del reinado de Carlos I de España y V de Alemania, el famoso emperador. Justamente se publica sin autor conocido en 1554, simultáneamente en Burgos, Amberes y Alcalá; dos años antes de que el mencionado emperador abdicara. Respecto a este contexto histórico, el personaje Lázaro da constancia de ello al final de la historia:
Esto fue el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entró y tuvo en ellas cortes, y se hicieron grandes regocijos, como nuestra merced habrá oído.
(Tratado VII)

Esta fue una época de crisis moral y social, además de gran pobreza; el Rey no supo hacerse querer de sus súbditos de España, a quienes agobiaba con excesivos impuestos originados por su ambiciosa política exterior. Toda esta situación, en cierta forma se ve reflejada en la obra.
Los temas que se desarrollan en la novela son: la hipocresía, la avaricia, la codicia, la pobreza, la honra y el engaño. La honra es vista como uno de los males del hombre: “¡Oh señor, y cuántos de aquestos debéis vos tener por el mundo derramados, que padecen por la negra que llaman honra lo que vos no sufrirían!” (Tratado II). También aparece como sinónimo de orgullo, lo que demuestra que algunos rasgos de la sociedad medieval  estaban latentes todavía.
En la obra cada personaje actúa en función de sus intereses, también se le da importancia a guardar las apariencias ante la sociedad. Asimismo se refleja la ignorancia y la pobreza imperante entre los miembros de las clases bajas.
Según Menéndez  Pelayo, el Lazarillo de Tormes se encuentra en el germen, al igual que la Celestina, en el conocido “Corbacho” del Arcipreste de Talavera. En este podemos encontrar por vez primera ese habla popular y cotidiano de los españoles de aquella época y el sentido crítico y moral ante los comportamientos sociales. De acuerdo con su opinión, el Corbacho “es el primer libro español en prosa picaresca”, ahora bien, la novela picaresca, como la conocemos aparece a partir del Lazarillo de Tormes, con el cual se inaugura el género.
La novela picaresca tuvo su mayor apogeo en la época de Felipe II, donde predominó la prosa en las letras. Esta vino a desplazar a la narración idealizadora y sentimental del Renacimiento. Entre sus características principales están: el realismo, el estilo autobiográfico, el lenguaje popular y un sentido moral y satírico. Pero la característica por la cual se le dio el nombre es porque generalmente el personaje central es un pícaro: una persona de baja posición social y de padres sin honra o marginados, que tiene que servirse de su astucia, trucos y engaños para ganarse la vida pues no tiene oficio fijo.

Características

Dentro de las características de la novela picaresca, en El Lazarillo de Tormes se aprecian las siguientes:
A) Lázaro es un pícaro: su vida está marcada por los infortunios que pasa desde sus inicios, estos lo llevan a desarrollar su astucia en ingenio para sobrevivir:
Digo verdad: si con mi sotileza y buenas mañas no me supiera remediar, muchas veces me finara de hambre; mas con todo su saber y aviso le contaminaba de tal suerte que siempre, o las más veces, me cabía lo más y mejor. Para esto le hacía burlas endiabladas, de las cuales contaré algunas, aunque no todas a mi salvo.
(Tratado I)

Aquí, como buen pícaro, el personaje da cuentas de sus fechorías para hacerse de comida. El hambre, es uno de los temas más recurrentes a lo largo de la novela.
B) Se aprecia la estructura de la supuesta autobiografía. El personaje principal funge al mismo tiempo como autor del relato; es quien nos cuenta la historia de su vida empezando desde su nacimiento y siguiendo un esquema lineal como en una biografía. En la narración se emplean dos tiempos: el presente en los que se sitúa el autor y el pretérito respecto a las acciones contadas:
Mas también quiero que sepa Vuestra Merced que, con todo lo que adquiría, jamás tan avariento ni mezquino hombre no vi, tanto que me mataba a mi de hambre, y así no me demidiaba lo necesario.
(Tratado I)

Como se puede observar, Lázaro se dirige a una persona a la que aparentemente le confiesa los hechos de su vida, y por el tratamiento que emplea se trata de alguien importante o superior. Es una narración al estilo epistolar, como si fuera una larga carta de confesión.
C) Realismo. En la obra la realidad se expresa objetivamente, sin caer en el sentimentalismo o la imaginación excesiva.  Los hechos son contados como situaciones comunes en la sociedad española de entonces. Son abundantes las descripciones minuciosas de los lugares y escenarios, con  profusión de detalles.
D) El lenguaje empleado es popular y de estilo sencillo. Constituye el habla de las personas de la época y en él se aprecian:
Refranes: “Más da el duro que el desnudo” (Tratado I).
Expresiones vulgares: “Mas como yo este oficio le hobiese mamado la leche” (Tratado III)
E) Carácter crítico y moralizante. La obra en cierta forma constituye una crítica a la sociedad de aquel tiempo; nos muestra la conducta aberrante de algunos de sus miembros, sin medir clase social, por ejemplo:
No nos maravillemos de un clérigo ni fraile, porque el uno hurta de los pobres y el otro de la casa para sus devotas y para ayuda de otro tanto, cuando a un pobre esclavo el amor le animaba a esto.
(Tratado I)
Huelgo de contar Vuestra Merced estás niñerías para mostrar cuánta virtud sea saber los hombres subir siendo bajos, y dejarse bajar siendo altos, cuánto vicio.
(Tratado I)

Esta es la razón por la cuál Lázaro hace su relato; para mostrar cómo las personas sin importar su estatus social, cometen las mimas acciones viciosas.
F) Humor:
Fue tal el golpecito, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos del se metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes sin los cuáles hasta hoy día me quedé.
(Tratado I)

Como en otros pasajes de la historia, aquí el autor hiperboliza un poco los hechos para darle más jocosidad y riqueza a la narración.
Algo novedoso en la historia para su época es que el personaje no es estático, sino que evoluciona con el tiempo, modificando su conducta. Con cada amo Lázaro aprende una nueva lección de vida que le sirve para desarrollar su ingenio; es visión del aprendizaje a partir de la experiencia. Precisamente la experiencia es la que le da el conocimiento y la sabiduría al pícaro para sobrevivir en su entorno.
En resumen,  El Lazarillo de Tormes desnuda la sociedad española de aquel tiempo, mostrando la parte indecorosa de algunos de sus miembros. Da  cuenta de la situación social del momento, la miseria moral y económica. Hace ver la importancia en el saber popular y la experiencia, y ofrece una visión pesimista de la sociedad por medio de un realismo que revela el verdadero contexto de la época e invita a reflexionar  en la que vivimos.

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