Dentro de la producción literaria de Fiódor Dostoievski, la novela Crimen y Castigo ocupa un lugar prominente. Siendo una de las obras más influyentes y conocidas de la literatura rusa, se ha convertido en un clásico que hoy en día sigue siendo objeto de admiración y de discusión.
El título de la novela condensa todo su argumento en dos palabras que expresan una relación de causa y efecto en la cual se sugiere el contenido de la obra. Es la historia de un crimen perpetrado por el protagonista y del consecuente castigo que este recibe. Pero el castigo no es aquel que se le impone por ley, sino el que obtiene por parte de su conciencia y en torno a este tormento interno gira la mayor parte de la novela.
Crimen y Castigo es la lucha entre el ego y la conciencia del protagonista. Raskolnikov, un joven estudiante sumido en la miseria decide asesinar a una vieja prestamista, pero no con el interés de apropiarse de su dinero, sino para probar su teoría del “super hombre”. Creyéndose él mismo un super hombre que trasciende a los valores morales y a las leyes impuestas por la sociedad, lleva a cabo su crimen con la convicción de que con ello está liberando a la sociedad de personas malas y crueles como la vieja usurera, tomando así la justicia por sus manos. Movido por este orgullo y por sus ideas se cree capaz de soportar el peso del hecho, pero la conciencia le hará demostrar lo contrario.
A pesar de constituir una novela de carácter psicológico, que ahonda en el conflicto íntimo del hombre, no escapa de su contexto social. En la obra se puede observar a los protagonistas como una alegoría de los dos sectores sociales de Rusia enfrentados en su tiempo. Por un lado, el conservador, injusto y caduco encarnado por la vieja usurera y el sector emergente de espíritu liberal y rebelde, representado por Raskolnikov.
Pero la obra no es solo un reflejo de la sociedad de su tiempo, sino también de la vida de su propio autor. Como en otras de sus creaciones, Dostoievski deja vislumbrar en Crimen y Castigo algunas de las experiencias que marcaron su vida de forma nefasta, entre ellas su reclusión en la cárcel de Siberia. En esa reclusión el escritor ruso entró en contacto con las sagradas escrituras y recuperó los valores cristianos que había perdido, similar a lo que le sucedió al protagonista al final.
La novela tanto en su forma como en su contenido es realista. Expresa un tratamiento objetivo de la realidad, centrándose en los problemas del individuo y sus condiciones socioeconómicas, las conductas sociales y los problemas éticos. Posee un estilo sobrio y natural con un lenguaje que se adapta a las condiciones sociales de los personajes. Predominan las descripciones de los ambientes y eventos, y la narración sigue un estilo indirecto libre, empleando al narrador omnisciente junto con la voz del propio personaje, sin avisar al lector.
La obra, como el resto de las producciones del autor, es polifónica. Tal como señala Mijaíl Bajtín en “Problemas de la poética de Dostoievski” (1936):
Al contrario que otros novelistas Dostoievski no parece aspirar a tener una visión única y va más allá descubriendo situaciones desde varios ángulos.
Esto podemos apreciarlo en la novela donde se enfrentan diferentes concepciones y visiones del mundo a través de sus personajes.
En definitiva, Crimen y Castigo nos muestra a un personaje cuya conciencia resulta ser más fuerte que su ego. A lo largo de la historia la conciencia lo tortura hasta hacerlo confesar y aceptar la responsabilidad de su delito. Sin lugar a duda, la novela constituye una obra magistral en la que se conjuga una serie de aspectos de forma impresionante que resulta un deleite para todo lector ávido y curioso. Por su contenido social, filosófico y sobre todo humano, la obra tiene más que merecido el reconocimiento que se le ha concedido en la historia literaria.
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